Reducción de Mamas

¿Qué es la Mamoplastia de Reducción?

Cirugía plástica Madrid reducción de mamas

La reducción mamaria es un tipo de cirugía destinada a elevar y disminuir el tamaño de las mamas. Para ello se procede a extirpar grasa, tejido mamario y piel sobrante. Los resultados son unos senos de menor tamaño, más firmes y ligeros. Las proporciones, por supuesto, se armonizan. Y si se requiere, también se puede reducir el tamaño de las areolas.

Las principales causas relacionadas con pechos de excesivo tamaño no están completamente identificadas. Lo que sí es cierto es que el factor hereditario juega un papel muy importante.

Candidato ideal

¿Cuándo es necesaria? ¿Cuál es el perfil de un buen candidato para la cirugía de reducción de pecho?

A pesar de que hablamos de una cirugía “estética”, el hecho es que la mayoría de las pacientes que pasan por el quirófano para reducir sus senos lo hacen por motivos de salud. Este procedimiento consigue ayudar a mejorar la calidad de vida de muchas mujeres. Unos senos excesivamente grandes pueden provocar, por ejemplo, graves problemas de musculatura en la espalda.

Otros problemas asociados a unas mamas de excesivo tamaño son:

  • Dolor y lesiones en la espalda, el cuello y los hombros.
  • Deformidades en la estructura ósea: columna, omoplatos, etc. Y predisposición a la cifosis (curvatura exagerada de la espalda).
  • Contracturas cervicales.
  • Dificultad para realizar actividades deportivas, incluso, de menor impacto.
  • Problemas respiratorios.
  • Incomodidad y molestia al estar tumbadas para poder conciliar el sueño.
  • Incapacidad de conseguir un sueño reparador debido a la dificultad de encontrar una postura cómoda cuando están tumbadas.
  • Complejos, problemas de autoestima y otros trastornos psicológicos o insatisfacción vital.
  • Gran dificultad para encontrar sujetadores adecuados (y ropa, en general).
  • Dificultades nerviosas derivadas de malas posturas, que pueden llegar a implicar entumecimiento de brazos y manos.
  • Irritaciones en la piel en el surco debajo de la mama.
  • Lesiones y surcos en la piel de los hombros, causados por los tirantes del sujetador y el peso excesivo
  • Infecciones por hongos o eczemas por las excesiva sudoración y rozadura en los pliegues mamarios.
  • Infecciones frecuentes por quistes mamarios.

Asimismo, otra razón interesante, más relacionada ésta con la estética y el bienestar psicológico de la paciente que decide armonizar su pecho gracias a la mamoplastia de reducción, es la llamada ptosis mamaria.

En mujeres en las que los senos son excesivamente grandes, lógicamente estos tienden a caer hacia abajo y dar sensación de flaccidez. En este tipo de intervenciones también se apuesta por la corrección de la ptosis mamaria, colocando la areola y el pezón en una posición más estética; otorgándole firmeza al conjunto de la mama.

¿Solamente se operan mujeres?

Aunque estemos hablando de una cirugía en la que la gran mayoría de las pacientes son mujeres, existe un porcentaje significativo de hombres que apuestan por una reducción mamaria. En su caso, la intervención se lleva cabo por un problema denominado ginecomastia (agrandamiento de los pechos en los varones).

El hecho de que surjan unas mamas excesivamente protuberantes en los hombres se debe, principalmente, a alteraciones hormonales o ingesta de fármacos que han provocado el aumento patológico de las glándulas mamarias.

En el caso de los hombres, la ginecomastia puede provocarles grandes complejos y problemas psicológicos, disminuyendo su bienestar y empeorando la calidad de sus relaciones sociales, familiares, laborales y su vida íntima. Por ello, esta cirugía puede llegar a cambiar, para bien, la vida de estas personas.

¿Hay una edad ideal?

Como hemos anticipado en el apartado anterior, la mayoría de las mujeres que deciden someterse a una mamoplastia para reducir sus mamas toman esta determinación porque tiene un volumen de senos excesivo respecto a las proporciones de su cuerpo. Y esta situación les acarrea graves molestias y problemas de salud. Con lo cual, su bienestar y su calidad de vida se ven altamente mermadas.

Por ello, aunque en la mayoría de los casos lo más recomendable es esperar a que el pecho se encuentre desarrollado por completo, la cirugía de reducción de pecho también puede estar indicada mucho antes si los problemas físicos que están provocando unas mamas excesivamente grandes son graves.

Es importante tener en cuenta que, en el caso de que la paciente esté pensado en quedarse embarazada próximamente y desee dar el pecho a su bebé, no se recomienda realizar este tipo de cirugía antes de la gestación. Por un lado, en la operación se retira tejido glandular mamario, junto con varios conductos encargados de transportar leche al pezón, por lo que, en estos casos, lo más recomendable es esperar a que finalice el periodo de lactancia. Por otro, durante el embarazo la mama restante va a presentar los cambios propios de la situación hormonal, lo que puede modificar el resultado definitivo.
Esto dicho, hay que señalar que son muchas las pacientes que pueden realizar lactancia materna tras la cirugía y que en las pacientes más jóvenes, la posibilidad de una gestación futura no debe contraindicar el tratamiento.

No obstante, para comprobar que un/a paciente es candidato/a ideal para este tipo de cirugía será imprescindible realizar un examen preoperatorio. Lo que entendemos como: valoración inicial.

Primer paso: valoración inicial

En esta primera valoración, analizaremos el caso del paciente de forma personalizada. Para ello, además de estudiar su historial médico y otros detalles de su estilo de vida (si la paciente es fumadora, si piensa quedarse embarazada y amamantar a su hijo próximamente, etc.), se procederá a la evaluación del tamaño y forma de los senos. Y se solicitará, si se considera oportuno, un estudio ecográfico y/o mamográfico.

También en esta etapa es muy importante escuchar y entender a la paciente, para lo cual se necesita su sinceridad y cooperación. Le mostraremos las distintas técnicas quirúrgicas, le explicaremos el proceso de anestesia y hablaremos sobre las soluciones viables en función de su caso concreto. Por ello, en este momento, la paciente debe exponer sus expectativas con la mayor sinceridad posible. Y entender cuáles son los riesgos y las limitaciones que el tipo de cirugía implica particularmente para ella.

Ciertamente hablamos de un tipo de intervención que genera una altísima satisfacción en las pacientes que tienen una expectativa realista respecto a los resultados. Y supone una enorme mejor de su calidad de vida.

Procedimiento Quirúrgico

La mamoplastia de reducción es una intervención quirúrgica sencilla y muy segura; con un alto nivel de satisfacción entre las personas que deciden someterse a ella. La paciente suele permanecer ingresada un día, recibiendo el alta al día siguiente de la operación. Y la cirugía suele durar entre 3 y 4 horas, realizándose bajo anestesia general.

Para corregir la hipertrofia mamaria se extirpan el exceso de piel, grasa y tejido mamario. Aunque existen varias técnicas para llevar a cabo esta intervención, lo más habitual es realizar unas incisiones en forma de ancla alrededor de la areola; dando como resultado una especie de T invertida: una incisión vertical que parte de la areola hacia abajo y otra horizontal que recorre el surco submamario.

Para terminar, se colocan nuevamente la areola y el pezón en una posición estéticamente equilibrada. Y, en casos concretos, si fuera necesario se realiza una liposucción en el área.

Una vez se ha llevado a cabo la cirugía se colocan unos tubos de drenaje y vendas en las mamas. Los drenajes se suelen retirar al día siguiente mientras que los apósitos se mantienen unos días . Cuando se retiran se sustituyen por un sostén especial (el cual deberá llevarse durante unas 3 o 4 semanas). El edema o inflamación no suele desaparecer hasta pasadas entre 3 y 6 semanas, dependiendo de cada caso particular.

Las cicatrices son visibles con el pecho desnudo pero son, sin embargo, muy fáciles de disimular con el propio sujetador o con la parte superior del bikini (aunque este sea de tamaño reducido). Y, si reciben los cuidados necesarios e indicados por la cirujana durante el postoperatorio, mejorarán mucho su aspecto. De hecho, la cicatriz de la incisión vertical puede llegar a quedar muy suavizada y notarse solo ligeramente.

La separación de la areola y del pezón del tejido mamario circundante (para recolocarlos en su posición adecuada y no demasiado caídos) es lo que provoca dificultades en la lactancia. E, incluso, la posibilidad de que se produzca pérdida de sensibilidad. Ciertamente esto suele ser muy leve o inexistente en pechos no demasiado grandes. Pero, en el caso de una gran hipertrofia mamaria con una fuerte ptosis (caída o descolgamiento), la pérdida de sensibilidad puede ser muy elevada.

Postoperatorio de la mamoplastia de reducción

El posoperatorio puede ser un proceso corto y poco agresivo si se tienen en cuenta las recomendaciones médicas. En un periodo comprendido entre las 24 y las 48 horas posteriores a la intervención, la paciente podrá volver prácticamente a su vida normal.

Las molestias, totalmente normales puesto que no dejamos de hablar de una operación, no deberían provocar dolor excesivo en la paciente. Y éste debería mantenerse bajo control gracias a la medicación prescrita para las dos primeras semanas.

También es lógica la presencia de hinchazón y cardenales o moratones, además de una sensación de ardor en los pezones en ese mismo periodo de tiempo. Como anticipábamos en el apartado anterior, el edema no desaparecerá por completo hasta las 3 o 6 semanas posteriores a la intervención.

Hasta que consigamos apreciar los resultados completamente finales de la operación o, lo que viene siendo lo mismo, hasta que veamos cómo queda el aspecto definitivo de nuestro pecho tras la intervención, lo normal es que tengamos que esperar unos 2 o 3 meses.

También es lógico que notemos, en nuestra primera menstruación después de la mamoplastia, hinchazón y dolor en las mamas debido a los cambios hormonales y a que la zona está todavía sensible.

Podremos volver a incorporarnos a nuestra rutina laboral en unas 2 o 3 semanas, pero la actividad física intensa no es recomendable retomarla hasta pasadas unas 4 o 6 semanas. Las relaciones sexuales también deben evitarse en un par de semanas.

Es totalmente normal que pueda aparecer un poco de líquido en las incisiones, o pequeñas costras.

¿Es una cirugía segura?

La mamoplastia de reducción o la cirugía de reducción mamaria es una intervención segura que no presenta dificultades, siempre y cuando nos pongamos en manos de especialistas en cirugía plástica, estética y reparadora que sean profesionales y estén plenamente cualificados.

Como es lógico, al tratarse de una intervención quirúrgica, el riesgo de que aparezcan complicaciones asociadas nunca es cero.

Los problemas de cicatrización y otro tipo de dificultades es más probable que se presenten en pacientes fumadores.

Y, evidentemente, si en la vida de la paciente se dan a largo plazo cambios hormonales, embarazos o pérdidas o aumentos drásticos de peso, la forma de las mamas puede modificarse.

Es muy recomendable prestar atención a las indicaciones de los profesionales de cirugía plástica en los que confiemos para llevar a cabo cualquier intervención. Puesto que los resultados definitivos también dependen de un buen postoperatorio.

En la mayoría de los estudios e investigaciones clínicas, un porcentaje superior al 95% de las pacientes se someterían nuevamente a una mamoplastia de reducción y la recomendarían a terceros.

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