¿Tu hijo o tu hija están acomplejados con la forma de su nariz? ¿Tienen dificultades para respirar o incluso les afecta al habla?
La rinoplastia o cirugía de la nariz es uno de los procedimientos más demandados. Y sin duda también entre la población adolescente. Sin embargo, una de las diferencias más sustanciales entre la rinoplastia en adultos y la rinoplastia en adolescentes es la importancia de la “funcionalidad” en este último grupo.
Cuando hablamos de cirugía de la nariz o rinoplastia en adolescentes, priorizamos las disfunciones o los problemas que dificultan la calidad de vida de los jóvenes por encima de los factores estéticos. Aunque cuando corregimos una disfunción, lo normal es que se corrija a la vez y casi como consecuencia de ello un problema estético.
Por lo tanto, lo más habitual es hablar de rinoseptoplastia adolescente, como procedimiento que engloba ambos conceptos: corregir un problema que afecta a la salud de los jóvenes y, al mismo tiempo, proporcionar una nariz estéticamente más equilibrada.
¿Qué tenemos que tener en cuenta a la hora de realizar una rinoseptoplastia en menores de edad? ¿Cuáles son los problemas más frecuentes que se corrigen gracias a la cirugía de la nariz? ¡Vamos a ello!
¿Qué características tiene la rinoplastia en adolescentes?
La cirugía de la nariz que se realiza con más frecuencia en adolescentes es la rinoseptoplastia. Recibe este nombre porque se encarga de mejorar o solucionar determinados problemas que tienen que ver con las desviaciones del septum o tabique nasal.
En muchas ocasiones, esta desviación provoca problemas muy serios, como es el caso de la obstrucción nasal. La rinoseptoplastia persigue, por lo tanto, excelentes resultados funcionales y estéticos.
A la hora de enfrentarnos a este tipo de intervención en menores de edad, los cirujanos plásticos debemos ser muy conservadores con las estructuras, para no alterar de ninguna forma el futuro crecimiento de la nariz. Puesto que la finalización del proceso de crecimiento facial se produce entre los 16 y 18 años en las chicas y entre los 18 y 20 años en los chicos, cuando nos consultan niños más jóvenes muchas veces lo acertado es esperar.
Ahora bien hacia los 14 años la mayor parte del crecimiento de la nariz se ha completado por lo que, ante problemas o desviaciones graves, esta es una edad segura para operar.
Por lo tanto, la rinoplastia en adolescentes debe respetar las siguientes características:
- Admite ambas técnicas, tanto abierta como cerrada.
- Puede realizarse osteotomía para afinar la parte ósea.
- Puede eliminarse el “caballete” con seguridad, puesto que esto no altera el crecimiento facial.
- Exige mucho respeto a la hora de trabajar el tabique para evitar alteraciones en el crecimiento y por tanto en la morfología del rostro.
Es fundamental que no perdamos de vista, además, que esta cirugía solo debe programarse si los pacientes adolescentes mantienen objetivos realistas y comprenden los beneficios y los riesgos de la intervención.
Deben ser los suficientemente maduros y equilibrados para entender, también, que deberán pasar por un proceso postoperatorio. El cual no es especialmente traumático, pero exige ciertos cuidados y reposo. Y los resultados finales de su intervención requieren un tiempo prudencial para evidenciarse por completo.
¿Cuáles son los problemas más frecuentes que soluciona la cirugía de la nariz en adolescentes?
Como mencionábamos, la disfunción más frecuente que nos encontramos los cirujanos plásticos en este sentido es el tabique desviado. Este problema provoca obstrucción respiratoria y tiene como consecuencia, también, que las facciones del rostro se vean alteradas; condicionando su crecimiento.
De hecho, solemos encontrarnos muchos casos en los que el tabique desviado termina derivando en maloclusión: irregularidad en el encaje de los dientes del maxilar superior respecto a los del maxilar inferior. O dicho de otra manera, una alteración que provoca que la mordida no encaje con normalidad.
Esto ocurre por las dificultades que conlleva la citada obstrucción, que lleva a estos niños o jóvenes a respirar con la boca abierta. A la larga, esto provoca importantes alteraciones faciales, puesto que los huesos de la cara también crecen muy estimulados por la musculatura: si el estímulo muscular es muy habitual, el desarrollo óseo reacciona en esa dirección.
Por último, la rinoplastia es una intervención que suele ser muy necesaria en el caso de niños que han sufrido fisura labial y/o paladar hendido. Estos pacientes requieren, en la práctica totalidad de los casos (en un 95% aproximadamente), rinoplastia al final de su adolescencia o en la edad adulta. Casi como si fuera la culminación del proceso del tratamiento de su malformación facial.
La importancia del perfil: rinoplastia y mentoplastia
Cuando nos enfrentamos a una rinoplastia, tanto en adolescentes como en adultos, los cirujanos plásticos realizamos un estudio pormenorizado del perfil completo del paciente. Así como de la integración de la nariz con el resto del rostro.
Por lo tanto, en muchas ocasiones pueden realizarse en la misma intervención dos cirugías bajo el siguiente concepto: perfiloplastia. Por un lado, hablamos de una cirugía de la nariz propiamente dicha. Por otro, avanzamos levemente el mentón (mentoplastia) con la finalidad de alcanzar un equilibrio en todas las facciones y para mejorar la funcionalidad.
¿Hemos aclarado tus dudas? Cada caso es un mundo, por ello valoramos cada caso individualmente para así ofrecer el tratamiento que mejor se adapte a tus circunstancias. Ponte en contacto con nosotros.
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