Las orejas grandes, prominentes o separadas son uno de los motivos más frecuentes de consulta de cirugía estética. Su exagerado e indiscreto aspecto puede originar complejos desde tempranas edades que se pueden acarrear hasta la etapa adulta, interfiriendo en la autoestima y dificultando las relaciones sociales.

La otoplastia es una intervención quirúrgica indicada para la mejora de la apariencia de las orejas, y para la recolocación de las orejas despegadas («de soplillo») o excesivamente grandes a una posición más normal y acorde al resto del cuerpo. Mediante esta cirugía se consigue una mejora en la armonía y proporción de las orejas con la cabeza en general, embelleciendo el aspecto físico del paciente.

Se recomienda a los padres que observen en todo momento el comportamiento de sus hijos y que no insistan en la cirugía hasta que el niño lo pida.

Las orejas son uno de los rasgos más visibles en la apariencia de cualquier persona. Desarrollar unas orejas de gran tamaño o con una forma diferente a la usual puede causar problemas de autoestima en la persona que las padece, debido a las burlas o insultos que esta deformidad puede despertar en los demás. Las burlas por el tamaño o forma de las orejas afectan sobre todo a los niños de temprana edad o adolescentes ya que se encuentran en pleno desarrollo de su personalidad. Estos insultos pueden llegar afectar gravemente al concepto que los menores tienen de sí mismos, llegando a desencadenar conductas problemáticos o exceso de timidez o introversión.

No solo las orejas de soplillo afectan a la estética de las personas. Existen otras anomalías relacionadas con el desarrollo del pabellón auricular. En estos casos el tratamiento no tiene únicamente fines estéticos si no también reconstructivos.

– Orejas en copa o constreñidas: En este caso la oreja suele tener un tamaño vertical menor de lo normal y el reborde de la misma (hélix) está doblado hacia delante.

– Microtia: La microtia por su parte, es un defecto congénito que se caracteriza por la ausencia completa o de algunas de las partes de la oreja, pudiendo afectar incluso a la audición.

Otro motivo de consulta frecuente en cirugía estética son los lóbulos rasgados o agrandados.

– Lóbulos rasgados o agrandados
El uso de pendientes pesados puede llevar a que los agujeros de las orejas vayan desgarrándose. El paso de los años y la pérdida de elasticidad de los tejidos contribuyen a que esto se produzca. Además, paulatinamente se pierde firmeza y relleno en todo el lóbulo, que se hace más ancho y con un aspecto colgante que resulta muy poco estético.

La otoplastia puede realizarse a cualquier edad, pero si es posible recomendamos intervenir a edades tempranas, a partir de los 5-6 años, ya que el cartílago de los niños es más blando y facilita la remodelación de las orejas. En la otoplastia del adulto modificamos la técnica quirúrgica para debilitar el cartílago y conseguir igualmente un resultado natural y estable.

El problema de las orejas despegadas o proyectadas puede aparecer desde el primer año de vida y muchos padres consultan, a fin de evitar problemas en la escuela y la necesidad de una intervención futura. Habitualmente se debe a que el cartílago es muy blando y la oreja no se ha plegado adecuadamente. Si se detecta muy precozmente puede intentarse la corrección no quirúrgica «moldeando» la oreja mediante férulas de silicona que van progresivamente conformando los relieves normales. Las férulas deben aplicarse muy pronto para que sean efectivas y se mantienen los primeros meses de vida, mientras el cartílago va ganando en firmeza. Por supuesto son indoloras y no causan molestias a los bebés.

Son muchas las técnicas o métodos existentes que podemos aplicar para el tratamiento estético o reconstructivo de las orejas. Así como en otras operaciones podría plantearse qué técnica es la mejor, en el caso de la otoplastia cada una soluciona características diferentes de la oreja. Por ello, será el cirujano plástico el encargado de aplicar el método que más se ajuste a las necesidades de cada paciente.

– Moldeado con Férulas: Ideal para tratar ciertas anomalías de la oreja durante las primeras semanas de vida. El moldeado con férulas es totalmente ambulatorio y no precisa de anestesia.

– Técnica de Chongchet: Este método es ideal para corregir el exceso de proyección auricular. Se procede abordando el cartílago auricular por delante o por detrás, y tallándolo de tal manera que las orejas adopten una forma más adecuada.

– Técnica de Mustardé: Corrección de las orejas a través de la utilización de puntos permanentes de sutura anclados a la parte posterior del pabellón, manteniendo la forma deseada.

Estas técnicas pueden incluso combinarse entre sí o añadir otros pasos quirúrgicos para corregir problemas específicos (orejas constreñidas, orejas «planas»…) Siempre efectuamos un análisis previo de las necesidades de cada paciente en concreto.

Además de las ya mencionadas técnicas de otoplastia, existe un técnica mínimamente invasiva para la corrección de orejas de soplillo conocida como Earfold. Indicada para tratar orejas despegadas sin necesidad de pasar por quirófano y en apenas 20 – 40 minutos. Más información.

La otoplastia suele tener una duración de 2 a 3 horas, aunque en casos más complejos esta intervención puede llevar más tiempo del estimado.

Dependiendo de las necesidades del paciente, emplearemos un método u otro, técnica de Chongchet o Mustardé.

En uno se corrige el exceso de proyección abordando el cartílago auricular por delante y por detrás y “tallando” el cartílago para conseguir una forma más adecuada. En el segundo tipo, la corrección de la forma se consigue mediante unos puntos de sutura permanentes que se anclan en la parte posterior del pabellón y mantienen la forma deseada.
Cuando el cartílago auricular es muy firme (adolescentes, adultos) empleamos una combinación de ambas técnicas, debilitando el cartílago en la parte anterior para facilitar que se pliegue, e incluso hacemos la concha más pequeña extirpando una pequeña media luna de cartílago.

Ambos procedimientos son ambulatorios, permitiendo que el paciente pueda volver a casa en apenas unas horas.

En la otoplastia para niños realizamos la intervención bajo anestesia general con mascarilla. En el caso de pacientes adolescentes o adultos realizamos el procedimiento mediante anestesia local y sedación.

Toda otoplastia debe realizarse en el quirófano de una clínica u hospital. En nuestro caso realizamos las intervenciones en el hospital Nisa Pardo de Aravaca. Centro hospitalario que cuenta con la más innovadora tecnología para garantizar los máximos estándares de seguridad a nuestros pacientes.

Las incisiones en las técnicas de otoplastia suelen realizarse por detrás de la oreja, dejando una cicatriz prácticamente invisible. Eso sí, durante los primeros seis meses tras la operación, las cicatrices suelen tener un color rojizo que comenzará a aclararse pasado este tiempo.

Los pacientes suelen abandonar el hospital a las pocas horas de la intervención. Incluso si son niños y han estado bajo anestesia general suelen recuperarse rápidamente y pueden volver a casa en el mismo día.

Tras la cirugía se coloca un vendaje alrededor de la cabeza del paciente. En pocos días, este vendaje será sustituido por uno similar a una cinta del pelo, más ligero y cómodo y que ayudará a mantener la posición y a proteger las orejas durante el periodo de cicatrización.

Las orejas pueden molestar o doler durante los primeros días, dolor que se aliviará fácilmente con la medicación recetada por el cirujano plástico.

A excepción del deporte o el ejercicio físico, la persona puede reincorporarse a sus actividades normales en pocos días.

La cirugía de orejas rara vez presenta complicaciones y las existentes son de poca importancia. Sin embargo, como toda intervención existen riesgos.

Un escaso porcentaje de pacientes pueden presentar un hematoma en la zona tratada; y ocasionalmente puede producirse una infección en el cartílago, cuyo tratamiento consistirá en la administración de antibióticos.

El resultado de la Otoplastia es permanente siendo la operación irreversible con el paso de los años.

El tratamiento es una cirugía sencilla que se realiza con anestesia local, de forma ambulatoria. En el caso de los lóbulos rasgados se extirpa la piel que rodea el agujero del pendiente y posteriormente se suturan los bordes. Cuando queremos reducir de tamaño y redondear el lóbulo, el procedimiento es un poco más laborioso, pero igualmente sencillo y muy agradecido en su resultado pues rejuvenece el aspecto del rostro.

La operación no es dolorosa. Los puntos se retiran entre 15 y 20 días. Hasta ese momento se usan unas pequeñas tiritas muy discretas.

A partir del mes pueden volver a colocarse unos pendientes.

Finalmente, si el lóbulo está muy adelgazado o atrófico podemos darle un aspecto más juvenil con técnicas de relleno.

¿Cuánto vale una otoplastia en Madrid? Es la pregunta más frecuente que suelen solicitarnos. Lo cierto es que dar un precio exacto es prácticamente imposible, porque este depende de las características de cada paciente. Sn embargo en un flexible rango de precios la operación oscilaría entre los 2.800€ y 3.500€.

El precio de la otoplastia incluye:

– Primera consulta
– Cirugía
– Anestesia
– Medicación necesaria/ gastos de hospital y quirófano
– Curas tras la intervención
– Todas las consultas y revisiones
– Atención al paciente vía telefónica

Existe la posibilidad de financiar la intervención

La Dra. Beatriz González Meli es uno de los mejores cirujanos de otoplastia de España.

La cirujana plástica se especializó en el área de cirugía pediátrica, especialidad a la que se dedica desde hace más de 20 años.

En la actualidad aunque la doctora ejerce y dirige su propia clínica, es la coordinadora de la sección de cirugía plástica infantil del hospital madrileño Niño Jesús.

Más información sobre la Doctora Beatriz González Meli.