En una de sus últimas publicaciones oficiales, el SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética) estimaba que los menores de edad representan casi el 2% del total de intervenciones quirúrgicas de estas características que se realizan en España.
En este mismo estudio (“La realidad de la Cirugía Estética en España 2017-2018”) se afirmaba que más del 60% de dichas cirugías son otoplastias. O lo que es lo mismo, las técnicas que se dedican a corregir, remodelar y reconstruir las orejas (intervenciones en el pabellón auricular).
Y una de las razones más importantes para llevar a cabo una otoplastia en niños y adolescentes es, principalmente, reforzar su autoestima y contribuir con un correcto desarrollo de su bienestar emocional y psicológico: evitar que desarrolle una relación traumática con su aspecto físico, condicionado en demasiadas ocasiones por burlas y comentarios desagradables en el colegio.
Los complejos y la insatisfacción por las llamadas “orejas de soplillo” pueden desembocar en graves conflictos psicológicos que impidan que el niño desarrolle su personalidad con normalidad y que se enfrente satisfactoriamente a las relaciones sociales. Lo cual se traduce en inseguridades que pesan como losas para que los jóvenes disfruten de una buena calidad de vida.
No obstante, y precisamente porque las operaciones de otoplastia son recomendables a temprana edad, el acompañamiento psicológico de los niños antes de la intervención es sumamente importante. Tan fundamental para el preoperatorio de la otoplastia infantil es atender la salud y el bienestar físico del menor como el psicológico.
¿Cómo debe ser el preoperatorio de los niños a nivel psicológico o emocional? ¿Cuál es el papel de los cirujanos y los profesionales de la salud que tratarán al niño? ¿Y de qué forman deben acompañar los padres a sus hijos en este proceso?
La importancia del acompañamiento por parte de los cirujanos en el preoperatorio de la otoplastia infantil
Un niño no puede entrar en un quirófano sin entender que va a pasar por un proceso muy diferente a lo que ha sido su rutina diaria hasta ese momento. Ello requiere un acompañamiento psicológico basado en una gran experiencia trabajando con menores de edad.
En el caso concreto de la clínica de la Dra. Meli, cada uno de los miembros del equipo que van a tratar al niño son plenamente conscientes de este tipo de cuidados en el preoperatorio. Y su aproximación terapéutica es sumamente profesional.
La atención personalizada, a través de un diagnóstico específico de cada paciente, no es una opción. Es la forma en la que se debe enfrentar un preoperatorio de cirugía plástica, estética y reparadora. Especialmente en cirugía plástica pediátrica.
El equipo debe ser un cómplice y un aliado, al igual que el mismo entorno en donde se lleven a cabo los análisis, el diagnóstico y el resto de fases preparatorias: salas equipadas para garantizar no solamente la máxima seguridad del niño, sino para reforzar su seguridad, construir la confianza y hacer que pase por el trámite quirúrgico de la forma más agradable y pedagógica posible.
Hemos de reducir el estrés y los posibles temores del niño con gran empatía. Escuchándole y tranquilizándole. Haciéndole entender, en su propio lenguaje, cómo va a ser el proceso por el que va a pasar y quiénes van a ser las personas que formarán parte de él. Un cirujano no puede ser un desconocido. Tiene que crear una relación de confianza con su paciente y, en este caso, también con sus padres.
“No te preocupes, estamos a tu lado, puedes preguntarnos todo lo que necesites…” No son frases hechas. Deben formar parte de la rutina profesional de los médicos, cirujanos y demás profesionales que estén involucrados en la cirugía plástica, estética y reparadora en niños y adolescentes. Es la garantía de una buena praxis.
¿Cómo puedo apoyar a mi hijo en el preoperatorio de la otoplastia?
Como norma general, se recomienda que una operación de otoplastia se lleve a cabo cuando el niño tiene entre 5 y 6 años de edad, dado que el cartílago todavía tiene una consistencia blanda y la remodelación es mucho más fácil.
Además, a esta edad, el niño tiene ya una cierta madurez para entender el proceso por el que va a transitar. Y no es demasiado pequeño para no razonar el hecho de que va a entrar en una sala quirúrgica. Es muy importante que los padres no insistan ni presionen, consciente o inconscientemente, a sus hijos para someterse a una otoplastia. Parte del preoperatorio es que los padres escuchen con atención a los niños: ¿está preparado mi hijo para hacerse la cirugía?
Una intervención quirúrgica es un evento que se sale, de forma llamativa, de la rutina de un niño. Puede generarle inseguridades, miedos, ansiedad… Por ello, antes de nada, los propios padres deben realizar un ejercicio terapéutico para poder convertirse en los principales acompañantes de su hijo a lo largo de todo el proceso. Aunque se trate de una cirugía muy pequeña o levemente invasiva, para el pequeño es un momento que adquiere gran importancia en su vida.
Los padres deben trabajar la reducción de su propio estrés o ansiedad, para transmitir a sus hijos la mayor sensación de seguridad y tranquilidad posible. Los niños son auténticas esponjas: podemos provocarles miedos y preocupaciones totalmente innecesarias y contraproducentes para su proceso. Para ello, el equipo médico puede dar valiosas herramientas: todos debemos ser cómplices del bienestar físico y emocional del niño.
Los padres no deben evitar las preguntas que les resulten incómodas. Y tienen que estar preparados para dar respuestas acordes a la edad de su hijo: que favorezcan tanto el preoperatorio como el posoperatorio de la otoplastia. Hay que responder a todas sus preguntas y huir de un lenguaje alarmista. Y nunca debemos hacerles sentir mal por preguntar todo lo que necesiten. Siguiendo todos estos consejos, el preoperatorio de la otoplastia infantil será un proceso muy positivo para todos.
¿Tienes dudas sobre cómo puedes ayudar a tu hijo en el preoperatorio de la otoplastia? ¿Necesitas las herramientas adecuadas para enfrentarte a este momento tan importante con tranquilidad, seguridad y confianza? Contacta con la Dra Meli: más de veinte años de experiencia en cirugía pediátrica avalan su capacidad para convertirse en la mejor aliada para la felicidad de vuestro hijo.
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